Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo debido a una alta presión ocular, y generalmente aparece a partir de los 50 años. Se trata una patología difícil de detectar y que puede conducir a la pérdida de visión si no se trata de forma adecuada. Los daños oculares generados por el glaucoma son irreversibles, lo que resalta la necesidad de un diagnóstico precoz y un tratamiento especializado.

¿Cómo se detecta?

Lo fundamental para los pacientes con glaucoma es hacer un diagnóstico antes de que el paciente haya sufrido daños irreversibles. Para ello es indispensable realizar revisiones periódicas a partir de los 50 años por un oftalmólogo.

Entre los métodos de diagnóstico precoz actualmente destaca la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT), que permite documentar el daño de las fibras muy inicialmente antes de que el campo de visión de la persona se afecte y de esta forma iniciar el tratamiento muy a tiempo. Para ello disponemos del OCT más avanzado de glaucoma que permite una detección muy fiable y precoz.

¿Cómo se corrige?

El tratamiento del glaucoma puede incluir el uso de medicamentos en forma de colirio, aplicación de láser, diversas técnicas de cirugía (penetrante o no penetrante), con o sin implantes, válvulas de drenaje o una combinación de varios de los métodos nombrados. Por lo general, los pacientes con glaucoma necesitan recibir atención oftalmológica periódica para asegurarse de que la enfermedad esté bajo control y prevenir posibles complicaciones.